Llegar a la reflexión de la universidad, es de por sí una reflexión política, pues no quiero preguntar ¿cuál es el rol? Porque luego me conduce al estructural funcionalismo de asignarle una posición en el tablero social, no pregunto ¿Qué deben hacer sus actores para cambiarla? Porque imagino una carrera de la fórmula uno, en la que sus mecánicos solo cambian de país para cambiar las llantas del mismo carro, dejando sin espacio concreto a la universidad que pienso. Roles, actores, funciones, eficiencias, en fin, discusiones que por esquemas mentales son estériles pues me suponen desconfianzas de los significados ideológicos de las palabras.
Pero la Universidad necesita auto discutirse y, en esa lógica, formular nuevos parámetros de funcionamiento, acción y movilización.